Respuesta: debido a una solución química en la cebolla que pica los ojos.
La química de una cebolla es extrañamente compleja. Cuando se corta una cebolla, se desencadena una serie de reacciones químicas. Millones de células se rompen, se forma un gas. Llamado Sulfóxido de tiopropanal, este gas volátil se vaporiza, se eleva y llega a las proximidades de tus ojos. El gas contiene azufre que reacciona con el agua. Al entrar en contacto con el líquido lacrimógeno que recubre y protege los ojos (compuesto principalmente por agua), el azufre se convierte en ácido propanosulfónico, que es tan irritante como el ácido sulfúrico.
¿Te imaginas lo que pasa después? ¡Pica! La reacción del ojo es llorar líquido lagrimal para deshacerse de esta solución química que está estancada en sus ojos. El problema es que una sobreabundancia de agua que sube a nuestros ojos crea una reacción en cadena: el azufre se convierte en ácido sulfúrico en contacto con el líquido lagrimal. Pica aún más y por eso lloramos más hasta que todo el gas se escapa de la cebolla.
La solución para evitar esta vergonzosa situación que puede causar picor, ardor o simples lágrimas es simple: cortar la cebolla cerca de un chorro de agua. El gas liberado durante el corte queda atrapado y no puede llegar a los ojos. Otra solución más radical es proteger los ojos con una máscara de buceo, de esquí o de soldadura. Estoy seguro de que elegirán la primera solución 🙂